Lo que faltaba para el duro
con este tiempo tan crudo
(Gloria Fuertes)
Queridas Reinas Magas:
Vosotras y yo somos viejas conocidas.
Hace varias décadas, instalada aún en la veintena, tuvimos nuestro
primer contacto. Yo acababa de aprobar las oposiciones e intentaba ser maestra en un colegio de Brenes donde lo
aprendí casi todo.
Aquella navidad representamos la obra de
Gloria Fuertes que vosotras protagonizáis. Por eso, para mí, tenéis el rostro
redondo y un hoyuelo en la barbilla como
Yoli, una de las niñas que os interpretaba. En las tardes de ensayo,
compartíamos risas pero también discusiones y enfados. Los nervios antes del
estreno, las lágrimas, los aplausos, los dolores de tripa, la incontinencia
súbita, los gritos entre bambalinas, el imposible silencio tras las cortinas,
vienen a mi mente estos días. Es una pena que no conserve ninguna foto de
aquella obra, ni de vosotras ni de los camellos de cartón que os acompañaban en
el escenario. Parece increíble que en los años noventa aún no existieran móviles ni cámaras digitales.
Este curso, que me vuelve a picar el
gusanillo del teatro, os he intentado recuperar. Pero, sintiéndolo mucho, tengo que
reconocer, Reinas Magas, que habéis envejecido mal. Cuando repasaba los versos
de Gloria Fuertes, hubo momentos que me
parecieron un poco ñoños, aunque otros los volví a encontrar divertidos. Quizás
sea el mundo el que ha cambiado. Los colegios se nos han llenado de niños y
niñas de todos los colores, que hablan las lenguas más diversas y profesan
distintas religiones o no profesan ninguna. No hubiera podido representar un
belén en el que no aparecieran judíos, palestinos, musulmanes, agnósticos/as,
budistas, evangelistas o ateos/as.
Además, perdonadme que os lo diga,
tampoco hubiera sido políticamente correcto, presentar a unas Reinas Magas
pegándole al anisete en un salón de actos repleto de público infantil.
Las guerras siguen cada vez peor, Reinas
Magas. Probablemente vuestros esposos anden por Oriente Medio o África
vendiendo armas a alguno de los bandos en conflicto, organizando grupos
terroristas, dirigiendo dictaduras o lanzando misiles a ciudades habitadas por
seres humanos que son considerados meros daños colaterales.
Mientras, el Mediterráneo acoge los
cadáveres de personas que huyen de sus países devastados por las guerras o las
hambrunas.
Supongo que os estaréis partiendo de risa
con la polémica sobre vuestro desfile por las calles de Madrid, como si fuera
la primera vez que lo hacéis, cansadas de recorrer los barrios y las plazas
asumiendo el papel de Reyes Magos, escondidas en sus disfraces.
Queridas Reinas Magas, este año os pido
que, después de una adecuada actualización, salgáis de las sombras y os hagáis visibles. Se nos está agotando la
paciencia, madre del amor hermoso, que el cambio climático es cada vez más
horroroso No queremos más pobreza ni exclusión. A todo el mundo se le llena la
boca con la clase media, pero nadie se acuerda de los parias de la tierra. No
estamos dispuestas a soportar más muertes por violencia machista.
Solo vosotras, habituadas a negociar, conciliar
y cuidar, valoráis la paz, la igualdad y la justicia y trabajaréis por un mundo mejor para
mujeres y hombres.
PD: No os fiéis de cuotas ni listas
cremalleras, que al final las encabezan machos alfas como vuestros maridos y
nos quedamos igual
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