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Mostrando entradas de julio, 2011

Punto y seguido

La maestra que aquí escribe no puede separarse de la persona que siente, ni de la madre que intenta cuidar a sus vástagas, ni de la mujer que anda por el mundo procurando levantarse cada vez que tropieza, a pesar de que lo hace continuamente. Por ello cada vez que despido a un grupo de sexto del que he sido tutora durante dos años, sufro una especie de desgarro emocional del que tardo un tiempo en curarme. Este curso ha sido especialmente duro, en lo profesional y en lo personal. Cada año me planteo hacer mi trabajo lo mejor que puedo, lo mejor que sé y continuar aprendiendo para ver si alguna vez termino de conocer este oficio. Pero me asalta la constante preocupación por los errores cometidos cada día, por superar lo que me falta, por no atender como se merece a algún niño, a alguna niña. Ejercer como tutora, especialista y coordinar el Plan de Igualdad en un centro con muchas unidades puede provocar una dispersión que procuro mitigar con dedicación y esfuerzo aunque no estoy segura