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Mostrando entradas de abril, 2010

Tres días en la Mancha

En Calzada de Calatrava, el pueblo de Almodóvar, un señor con acento ecuatoriano nos indicó el camino hasta el castillo de Salvatierra. Las niñas se pasaron el viaje entonando "Volver" como si se fueran a encontrar a Penélope Cruz por el camino. Las mujeres que se asoman a las puertas de los pueblos que cruzamos son más auténticas y entrañables, más parecidas a Chus Lampreave que a la bella diva de nuestro cine. Después de atravesar su pueblo camino de un gigantesco castillo de la orden de Calatrava, la genialidad del director de cine me pareció aún más meritoria. Hoy siento más respeto por Pedro. Los castillos siempre gustan a las niñas. Despiertan su imaginación. Son una lección práctica de historia. Este castillo, el de Salvatierra, está tan alto, que no dejo de pensar en los penosos trabajos sufridos para construirlo. Desde arriba se divisa un extenso paisaje mientras yo veo al pobre campesino subir la montaña con el diezmo a cuestas. Almagro es una ciudad cuidada

MONUMENTO AL MAESTRO-MAESTRAS DE MONUMENTO

En una plaza de Conil de la Frontera han erigido un monumento al maestro. Se trata de un grupo escultórico formado por dos estatuas oscuras y macizas, situadas en una plaza blanca de un pueblo del sur. La más grande representa a un hombre mayor sentado en una silla. Es casi un anciano y sostiene en sus manos un libro abierto. Sobrecogen las bolsas de sus ojos, la mirada triste, el gesto adusto, las manos huesudas,... Frente a él, lo suficientemente lejos como para transmitir la ausencia de cercanía, la carencia de afecto, un niño muy serio encorva la espalda en un gesto que desprende más temor que respeto. Me duele este pobre maestro. Me duele este niño con miedo. Son la imagen de una escuela de posguerra, de cuando la letra entraba con sangre y el castigo corporal se imponía como principio metodológico. Nada tiene que ver con la educación que recibí, heredera de la Escuela Nueva de Freinet, impulsada por maestros y maestras que pensaban que el suyo no era un trabajo cualquiera. Tuve l