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Mostrando entradas de agosto, 2009

DUBLÍN Y ALREDEDORES

Si viajas a Irlanda en verano, de una sola cosa puedes estar segura: nunca vas a acertar con el tiempo. Si amanece un sol radiante y el cielo despejado, antes del lunch te tienes que comprar un paraguas en cualquier tienda de souvenirs, con la ventaja añadida de que ya tendrás un bonito de recuerdo de Irlanda en forma de paraguas verde adornado de tréboles. Si por el contrario, el día se despierta nublado, cae una fina lluvia y no te llevas las gafas de sol, pero cargas con impermeables y paraguas, te pasarás el día soportando un peso inútil y añorarás la protección de tus ojos. Una segunda visita fugaz a la isla esmeralda y algunas lecturas previas te dejan con una duda: ¿Quién ha hecho más daño a los habitantes de este país: el Imperio Británico (800 años de presión), la iglesia católica o la cerveza Guiness? Particularmente, me inclino por la última causa, habida cuenta que la familia Guiness es la más rica de Irlanda, junto a la Jameson (whiskey) y últimamente Bono, de U2. La m

LEER O NO LEER

Cuando C. tenía ocho años leía muchos cómics, sobre todo de Astérix, porque en su casa tenían la colección completa. Su preferido se titulaba La Zanja y había memorizado párrafos y diálogos. ¡Se la veía tan pequeña subiendo y bajando de la litera con el libro tan grande bajo el brazo…! Se acostaba, se levantaba, desayunaba, almorzaba y cenaba con el libro. Hasta tal punto estaba obsesionada que su madre tuvo que prohibir que lo pusiera encima de la mesa. La madre de C. pensaba que su hija pasaría a la siguiente etapa, es decir, a los libros infantiles, como un proceso natural. Pero no fue así y tuvo que establecer un horario diario para la lectura. Para la madre de C., los libros son el más preciado de los tesoros, su salvavidas en los momentos difíciles, el interlocutor que siempre la comprende. En los veranos de su infancia, su madre –la abuela de C.- se ocupaba de que aprendiera las tareas “propias de su género”. Cada mañana debía barrer, limpiar el polvo, fregar el suelo,… Tardaba