Cada año me prometo no volver a hacer un curso de formación y al final de junio me veo de nuevo guardando certificados en una abultada carpeta. Siento terror al pensar en las horas de formación que he hurtado a mi tiempo libre, a los libros no leídos, a los rayos de sol perdidos, a las siestas no dormidas.
No puedo evitar enrolarme en nuevos cursos aunque nunca estoy segura de que realmente sirvan para que sea mejor maestra. Por suerte, hasta ahora he podido elegir mi formación, no creo que fuera igual si me la impusieran.
En el lejano y gélido enero comencé el curso de Coe-Paz acompañada de mi amiga y compañera Lina Gallardo, con la que he compartido alegrías y sinsabores desde el inicio del Plan de Igualdad en la educación y con Virginia Mejías del IES Genera, que también forma parte del grupo de coeducadoras supervivientes del Aljarafe.
Arribé a este curso de formación de formadoras con la sensación de que Coeducación y Convivencia han pasado a segundo o tercer plano entre las prioridades de la Administración. El Plan de Igualdad ha dependido en gran medida del voluntarismo de las maestras y ello ha originado resultados desiguales.
La organización semipresencial del curso también ha supuesto un obstáculo. Por un lado, no hay que olvidar que aunque fueran pocas sesiones, no resultaba fácil estar en el CEP de Sevilla a las cinco de la tarde después de pasar la mañana bregando en el colegio. Además en un período tan dilatado de tiempo surgen y de hecho han surgido, múltiples escollos personales y familiares que te impulsan a abandonar en muchas ocasiones.
Por otro lado, la plataforma del Aula Virtual ha ocasionado variados problemas:
-”No puedo subir la tarea”
-”¿Dónde están mis calificaciones?”
-”El archivo no se puede abrir”
-”El glosario, no aparece el glosario”
A la dificultad intrínseca de la plataforma se unía el consabido terror a los ordenadores que nos caracteriza a la mayoría de las maestras. Para algunas, doy fe de ello, escribir en el foro ha significado una auténtica prueba de superación.
En ocasiones, la dinámica de las sesiones presenciales ha llegado a ser tediosa. ¿Ir al CEP para ver un vídeo es formativo?, nos hemos preguntado a menudo. Por supuesto los hubiéramos visto más cómodamente en el sofá de nuestras casas. Gracias a que se cambió la metodología de las sesiones introduciendo dinámicas de grupo resistimos estos largos meses y conocimos a las maestras con las que compartíamos espacio.
Pero si algo nos mantuvo ilusionadas era la posibilidad de asistir a las Jornadas Regionales a celebrar en Córdoba. Para las maestras, habituadas a estar encerradas en las cuatro paredes del aula, relacionarse con otras docentes y compartir experiencias es un hecho novedoso.
Cada cual se contó su propio cuento de la lechera: irse en el AVE, cenar en las Tendillas la noche antes, pasear por la ciudad de la Mezquita,...
El primer fiasco llegó cuando nos dijeron que las Jornadas se celebrarían en Lucena. Después vimos que se trataba en un hotel en un polígono industrial donde no sabíamos ni por dónde quedaba Lucena. Rodeadas, eso sí, por un paisaje de olivos que hizo que me rondaran los versos de Machado todo el tiempo (“El campo andaluz peinado, por el sol canicular, de loma en loma rayado y de olivar en olivar”).
El segundo chasco fue el tiempo. Unas Jornadas de dos días no deben reducirse a jueves por la tarde y viernes completo. El jueves trabajamos en el colegio la mañana completa, con lo que tuvimos que apresurarnos para coger el autobús que partía de Sevilla a las cuatro de la tarde.
En consecuencia, nos incorporamos tarde a las ponencias, nos acostamos a deshora arrastrando el cansancio del día y el viernes estábamos noqueadas.
Sin embargo, a pesar de lo anteriormente expresado mi percepción es positiva y más optimista sobre la Coeducación que cuando comencé el curso.
Durante el trayecto de vuelta a Sevilla en el autobús intentamos evaluar la experiencia, analizando las aportaciones obtenidas.
-La ponencia de Paco Cascón fue sin duda la más valorada. Nos supo a muy poco.
-En cuanto a los talleres, considerábamos que tener que elegir solo dos nos limitaba en exceso ya que hubiera sido más enriquecedor participar en un mayor número.
-Nos faltó conocer experiencias que se están desarrollando en otras provincias, actuaciones a pie de aula que podamos llevar a nuestros centros.
-El cansancio quizás nos impidió disfrutar de las palabras de Amparo Tomé, aunque su sola presencia ya enriquecía el evento.
-El gran descubrimiento ha sido Marian Moreno Llaneza con la que nos gustaría seguir formándonos.
A pesar de todos los errores que cualquier actividad de esta índole pueda cometer nos permite albergar la esperanza de que no nos encontramos solas en nuestros colegios, golpeando incansablemente contra el muro del patriarcado. Hay más coeducadoras por el mundo y tal vez algún día sean evidentes nuestros esfuerzos. Cuando regresas te sientes más motivada, con ganas de continuar formándote.
Pero como lo emocional es fundamental, yo elaboraría un TOP TEN personal del evento:
-Los relatos de Pilar Ramos sobre su experiencia en el Polígono Sur.
-El proyecto sobre Corresponsabilidad y Competencias de Mª José Eslava.
-El libro viajero de Carmen Lope y su dura realidad en Guadajoz.
-La profesionalidad de Gracia Carrión
-La ilusión Mª José Cordero.
-El buen hacer de Cristina Giráldez.
-La apuesta por la participación de Paula Gómez.
-El compromiso y la humanidad de José Manuel Blanco.
-La amistad de Virginia y Lina.
-Y sobre todo, y no menos importante, unos chistes ¡MARAVILLOSOS!.
Espero que podamos seguir en contacto compartiendo nuestras experiencias, ése sería el mayor logro de las Jornadas de Coe-Paz.
Comentarios
En ese TOP metería el denominador común de la ilusión. La esperanza de que se pueden hacer las cosas mejor. A pesar del cansancio, me alegro de la asistencia a la jornada por haber podido escuchar a ponentes extraordinarios y sobre todo porque tuve la oportunidad de conocer a "corredoras de fondo".
Un beso. Me habeis cargado las pilas.
Carmen López (la de Carmona)
Sin embargo casi antes de ir hubiese hecho una apreciación parecida a la tuya, ¡¿tan previsibles son las "macro jornadas"?!
Pero coincidir con gente que comparte tus ideas, tus luchas, tus dudas y que sigue trabajando, investigando, luchando por un educación realmente igualitaria te carga las pilas, te da ánimos y borra derrotismos, así que por eso desde Pinto me he asomado a twitter a estar un poco con vosotras y ahora a tu blog buscando un poquito de ese ánimo y esa fuerza para seguir en la brecha, que a pesar de tantas leyes el camino no ha hecho más que empezar.
¡Ah que pena no poder estar mas tiempo con Paco Gascon!
Besos para todas. Lina
Muchas gracias por tus palabras y espero que nos veamos en alguna actividad de formación, que sepas que el Aljarafe es para mí casi como mi casa (mi pareja vive allí, jajajja) besos y abrazos desde Asturias.