
A estudia ESO y se ha pasado buena parte de sus vacaciones haciendo un trabajo de Ciencias Sociales. Tenía que escribir sobre el Barroco y analizar alrededor de veinte obras de arte pertenecientes a dicho estilo artístico. Cuando no encontraba respuesta en su libro de texto buscaba información en la Wikipedia o consultaba a su madre o su padre.
-Recuérdame que nunca estudie Historia del Arte, comentó a su madre. Esto es un auténtico rollo.
-¿Por qué?, preguntó su madre asombrada. Pero si el arte es algo maravilloso…
Hasta no hace mucho A pretendía ser arqueóloga y recorría los museos contemplando los cuadros pausadamente. Durante un viaje a Florencia quedó impactada al ver el David de Miguel Ángel.
La madre de A recuerda que Guadalupe, una antigua maestra y directora, le dijo que era mejor un problema de matemáticas bien entendido que veinte sin comprender, que no había cosa más inútil que el hacer por hacer.
También viene a su memoria Elena Barroso, cuyas clases de Crítica Literaria constituían un placer y la hacían emocionarse comentando el poema El Olmo Seco.
La madre de A piensa que la profesora de Ciencias Sociales será, con toda seguridad, una buena profesora que está aquejada por un mal que afecta a todos los niveles del Sistema educativo. Este mal se podría denominar programacionitis o pedagogía de la prisa y tiene síntomas tan evidentes como la fichitis y la examinitis.
Porque quizás bastaría con pararse a contemplar la Ronda de Noche de Rembrandt, recrearse en el claroscuro, en las sombras, en las figuras en movimiento. Entonces A no olvidaría el Barroco, se sentiría positivamente predispuesta al acercarse a un cuadro y lo haría por amor al arte.
-Recuérdame que nunca estudie Historia del Arte, comentó a su madre. Esto es un auténtico rollo.
-¿Por qué?, preguntó su madre asombrada. Pero si el arte es algo maravilloso…
Hasta no hace mucho A pretendía ser arqueóloga y recorría los museos contemplando los cuadros pausadamente. Durante un viaje a Florencia quedó impactada al ver el David de Miguel Ángel.
La madre de A recuerda que Guadalupe, una antigua maestra y directora, le dijo que era mejor un problema de matemáticas bien entendido que veinte sin comprender, que no había cosa más inútil que el hacer por hacer.
También viene a su memoria Elena Barroso, cuyas clases de Crítica Literaria constituían un placer y la hacían emocionarse comentando el poema El Olmo Seco.
La madre de A piensa que la profesora de Ciencias Sociales será, con toda seguridad, una buena profesora que está aquejada por un mal que afecta a todos los niveles del Sistema educativo. Este mal se podría denominar programacionitis o pedagogía de la prisa y tiene síntomas tan evidentes como la fichitis y la examinitis.
Porque quizás bastaría con pararse a contemplar la Ronda de Noche de Rembrandt, recrearse en el claroscuro, en las sombras, en las figuras en movimiento. Entonces A no olvidaría el Barroco, se sentiría positivamente predispuesta al acercarse a un cuadro y lo haría por amor al arte.
Comentarios
tod@s aquell@s que tienen como filosofía, el dicho popular:
- Burro grande, ande o no ande. -
Muy bien el análisis.