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Mostrando entradas de 2011

UNA MAESTRA

Hace más de veinte años que soy maestra. Pero antes había sido alumna de Universidad, de instituto, de escuela primera. Incluso fui alumna de escuela unitaria sentada en una sillita de anea. Yo lloraba por ir a la escuela y como no había pupitre mi madre me compró una sillita. Con la cartera encima de mis rodillas aprendí a leer y escribir. Con esto quiero decir que llevo desde los cinco años metida en un centro educativo, siempre público, por cierto. A lo largo de todos estos cursos he conocido una gran variedad de maestras: serias, tristes, estrictas, secas, indulgentes, alegres, tolerantes, cantarinas, apasionadas, afectuosas,... Te puedes encontrar con maestras de libro de texto, maestras tic, maestras de fichas, maestras de texto libre, maestras bloggeras, de juego cooperativo, de asambleas, maestras cuenta cuentos, muralistas, poetas, pintoras, pianistas, maestras bailaoras, cantantes,... Hoy he despedido a una gran maestra. Se jubila a los sesenta años (dichosa ella) no porque

Micro-macro machismos cotidianos

Escena 1 A una venta de pueblo con techo de cañizo imitando un chozo acuden familias y grupos de amistades para celebrar que aún disfrutamos de fines de semana: filetes empanados, berenjenas fritas, ensalada, patatas. Nada de delicatessen ni cocina de autor, un sitio asequible donde la chiquillería puede corretear en engulle la hamburguesa. El joven camarero nos trae la carta: -¿Quieren el menú para los niños? -¿Para los niños? pregunta C. alzando la ceja con su mejor sonrisa irónica. ¡Pero si somos cuatro niñas...! En la mesa de al lado, cuatro parejas jóvenes con niñas de tres o cuatro años y algunos bebés. Los varones se agrupan en una punta de la mesa, las mujeres al otro lado. En la esquina masculina, tres niñas con lazos de raso observan la pantalla de un ipad. La razón por la que están allí no es que sean cuidadas por los hombres de la familia, es que ellos son los dueños de la tecnología. Una de las niñas comienza a llorar. Uno de los hombres grita: -¡Elena, Elena! En la otra e

MIÉRCOLES DE POESÍA

"Escribir es una manera de construir sueños" M. Duras A veces me olvido. Entonces B., con sus enormes ojos sonrientes me susurra: - Hoy toca poesía. - Gracias, secretaria, tienes razón. Abro el cuaderno y les recito los versos del miércoles. Apenas dos semanas después de comenzar le curso les pedí que me describieran. En todas las descripciones yo era guapa y delgada. - ¡Qué pandilla de mentirosos y mentirosas!, les recriminé entre risas. Pero Lu, pequeña sabia de 10 años, me descubrió: -Mi maestra es bloguera y le gusta la poesía. Durante este curso estudiaremos a Federico García Lorca. Cada miércoles leemos versos, desentrañamos el sentido de las palabras, admiramos metáforas y nos dejamos impregnar por el ritmo, la rima, la música y la magia del lenguaje poético. Es preciso escribir los versos con letra clara, en una hoja nueva del cuaderno e ilustrarlos con un dibujo que los represente, como si se tratara de un rito. Me admiro de

SINSABORES DE OTOÑO

La primera lluvia de otoño siempre nos coge desprevenidas, aunque llevemos semanas ansiando el cambio de estación. De pronto estas gotas ruidosas e intempestivas nos recuerdan que no hemos sacado la ropa de invierno, que los armarios están repletos de mangas cortas y debemos, sin más demora, arrinconar las sandalias. En la cocina, C. se afana en preparar buñuelos de bacalao. A cada momento busca a las niñas con el plato en la mano: -Prueba un buñuelo. ¿Qué te parece? -No, papá, no son como los de la abuela. -Ya sé que me he pasado con el perejil, reconoce. -No es solo el perejil, le falta algo. -Quizás he puesto poco aceite, ella me dijo que bastaba una cucharadita. Mientras C. fríe buñuelos de bacalao, a su lado, un frutero aguarda a que los persimones maduren. No me agrada esta fruta porque la comparo con la dulzura gelatinosa de los kakis. Comerlos con cucharita haciendo malabares para que no resbalen es uno de los placeres más gratos del otoño. Pero últimamente resulta muy difí

DIECISIETE

Aunque hace algún tiempo que le ronda este post por la cabeza, no deja de pensar que se apresura al escribirlo, que debería esperar al próximo verano, aguardar al menos a que acabe este curso escolar recién estrenado. Ha acogido al nuevo grupo de niños y niñas de quinto de primaria a los que acompañará durante dos cursos y le aterra recibir informes, consultar los expedientes de las 25 criaturas de cuyo aprendizaje será responsable. Prefiere tener paciencia, observar, no presionar y ofrecer esperanza a la chiquillería aterrada por las calificaciones, a las familias frustradas por las etiquetas. Durante este verano ha asistido una vez más al asombro que le produce su hija mayor, con los diecisiete años acabados de estrenar. Algunas tardes, intentaba sortear la siesta en su dormitorio de adolescente. Junto a las paredes forradas de libros, las placas de ciudades europeas, pegatinas de conciertos y héroes de cómics surgían los peluches, las muñecas y los coches eléctricos sin ningún compl

RETORNO A AMSTERDAM

"...Yo pienso en cómo ha pasado el tiempo y te recuerdo así." Gil de Biedma Cervantes definió hace más de quinientos años la relación entre lectura y viajes ( El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho ). Al leer y viajar intentas, de alguna manera, experimentar otras vidas, convertirte en otra persona diferente a la que habitas cada día. En una sola existencia carecemos del tiempo suficiente para leer todos los libros o para viajar a todos los lugares que desearíamos. Son escasos los libros que releemos, solo aquellos que amamos apasionadamente. Mientras queden paisajes por contemplar, caminos que recorrer, ciudades donde perderse, parece una insensatez regresar a un lugar que ya visitaste. Hace diecinueve años pasé un par de días en Amsterdam. La ciudad me dejó un grato recuerdo: calles tranquilas, paseos entre canales, bicicletas y jóvenes sentados en el suelo de la plaza Dam. Aunque el famoso Barrio Rojo me pareció deplorable. Las mujeres exhi

Elogio de la lavadora

Durante la última semana se sienta frente a ella cada mañana para vigilarla. Últimamente no marcha bien y sabe que esta vez no es un achaque de la edad. Ha alcanzado hace un mes la mayoría de edad, que en su caso se puede considerar un récord de longevidad. A veces se le sale el agua, otras veces no desagua o no coge el suavizante. Hay ocasiones en que tiene que iniciar el lavado hasta tres veces. La habría cambiado por una nueva si los técnicos que la habían reparado no se lo hubieran desaconsejado. -Aguante con esta lavadora, señora, que ya no las hacen así, que las máquinas de hoy en día se estropean enseguida. Pero ahora ya no hay más alternativa que comprar una nueva. Mientras la contempla acude a ella una antigua imagen. En los años setenta llegaron a su pueblo las primeras lavadoras automáticas. La madre de su amiga se colocaba junto a la máquina recién comprada, expulsaba a la familia de la cocina y se sentaba a observar, presa de emoción, cómo giraba la ropa dentro de la ven

Punto y seguido

La maestra que aquí escribe no puede separarse de la persona que siente, ni de la madre que intenta cuidar a sus vástagas, ni de la mujer que anda por el mundo procurando levantarse cada vez que tropieza, a pesar de que lo hace continuamente. Por ello cada vez que despido a un grupo de sexto del que he sido tutora durante dos años, sufro una especie de desgarro emocional del que tardo un tiempo en curarme. Este curso ha sido especialmente duro, en lo profesional y en lo personal. Cada año me planteo hacer mi trabajo lo mejor que puedo, lo mejor que sé y continuar aprendiendo para ver si alguna vez termino de conocer este oficio. Pero me asalta la constante preocupación por los errores cometidos cada día, por superar lo que me falta, por no atender como se merece a algún niño, a alguna niña. Ejercer como tutora, especialista y coordinar el Plan de Igualdad en un centro con muchas unidades puede provocar una dispersión que procuro mitigar con dedicación y esfuerzo aunque no estoy segura

BREVAS

En las bolsas de la frutería se acumula el verano: cerezas, melocotones rojos, peras de San Juan, nectarinas, albaricoques, nísperos y una enorme sandía. Faltan las brevas, humildes y austeras, hermanas madrugadoras de "los higos morados con su cristalina gotita de miel". Aún no las ha probado y añora la aspereza de su piel al pelarla con los dedos. Se esmera en organizar la explosión de colores que inunda la nevera al tiempo que guarda sus pensamientos. Hay demasiada fruta, no sería lógico lanzarse a la calle a buscar brevas por un simple antojo y ella no es persona proclive a dejarse arrastrar por ellos. -¿Ha venido el frutero? le preguntó él durante el almuerzo. Cuando lo llamé esta mañana se le habían terminado las brevas pero vi en el mercado unas enormes con una pinta estupenda. Por la expresión de su rostro sus hijas se echaron a reir. -¿Por qué te gustan tanto las brevas y los higos , mamá? Pensó que era difícil de explicar y recordó los versos del poeta que, como ell

JORNADAS DE COE-PAZ ENTRE OLIVOS.

Cada año me prometo no volver a hacer un curso de formación y al final de junio me veo de nuevo guardando certificados en una abultada carpeta. Siento terror al pensar en las horas de formación que he hurtado a mi tiempo libre, a los libros no leídos, a los rayos de sol perdidos, a las siestas no dormidas. No puedo evitar enrolarme en nuevos cursos aunque nunca estoy segura de que realmente sirvan para que sea mejor maestra. Por suerte, hasta ahora he podido elegir mi formación, no creo que fuera igual si me la impusieran. En el lejano y gélido enero comencé el curso de Coe-Paz acompañada de mi amiga y compañera Lina Gallardo, con la que he compartido alegrías y sinsabores desde el inicio del Plan de Igualdad en la educación y con Virginia Mejías del IES Genera, que también forma parte del grupo de coeducadoras supervivientes del Aljarafe. Arribé a este curso de formación de formadoras con la sensación de que Coeducación y Convivencia han pasado a segundo o tercer plano entre las

SUNSET PARK de Paul Auster

Con un nudo en la garganta he leído esta novela de Paul Auster. La he apurado a pequeños sorbos, sobrecogida por la capacidad de narrar sobre las emociones humanas. Llegué a olvidar que se trataba de ficción, que era la mente del escritor la que se escondía detrás de los personajes. Al principio me atrapó el protagonista, el joven Miles Heller, hijo de un editor y una actriz, que desapareció para su familia durante siete años y sobrevive con trabajos poco cualificados. Después me enganchó la forma en que el autor se sumerge en cada uno de los personajes, mostrando los recovecos de sus pensamientos, su visión de la vida y su relación con Miles. Aunque el hijo me cautivó fue el padre el que me sedujo. Es un hombre culto, con buena posición económica pero que arrastra un dolor muy hondo. Especialmente emotivo es el capítulo en el que aporta su punto de vista y se detiene a rememorar sus pérdidas: la muerte de sus padres, la desaparición voluntaria del hijo, el trágico accidente del

EL CORAZÓN EN UNA PLAZA

Llamadme utópica. Me lo han dicho muchas veces, cada vez que he expresado la necesidad de cambiar la sociedad en que vivimos. Llamadme idealista, probablemente lo soy, porque no me resisto a creer que el sistema es inamovible. Llamadme ilusa por abrigar la esperanza de conocer un mundo más justo. A principios de año, en este blog , expresé mi malestar por el triste futuro que nos esperaba, con la crisis, la reforma laboral, la pérdida de derechos. Pero sobre todo me albergaba la tristeza por el inmovilismo que percibía. La apatía, la falta de rebeldía, el individualismo se habían adueñado del país y nada parecía remediarlo. El mes de mayo ha estallado. Sin banderas, sin consignas, sin siglas. Cargado de metáforas, de sueños. Trae el frío de las madrugadas, el miedo a las furgonetas de la policía rodeando la plaza, la incertidumbre de las asambleas, las gargantas afónicas. Este mes de mayo, que recuerda a otro mayo, viene cargado de ideas, sueños, abrazos desconocidos, palabras her

Desconocimiento del Medio

En esta mañana de fuertes aguaceros, atruenan con insistencia cohetes que anuncian la romería del pueblo. La maestra no es aficionada a este tipo de festejos y últimamente, en los días de lluvia, le asalta una tristeza indefinida. Tampoco se siente devota del santo patrón de la localidad, el mártir San Sebastián, de culto muy antiguo aunque de reciente incorporación al santoral gay. Mañana es primero de mayo y en un país con cerca de 5.000.000 de personas desempleadas, quizás fuera más apropiado reivindicar empleo que enarbolar farolillos. Pasear pancartas tal vez sería más apropiado que dar palmadas detrás de una carreta. Pero como "hay gente pa tó", la maestra se pertrecha en la melancolía de los días nublados e intenta recordar dónde colocó "Señas de Identidad" de Juan Goytisolo para volver leerla. Ayer estuvo sustituyendo un rato en un grupo de segundo. Habituada al tercer ciclo, lo recibió como una bocanada de aire fresco. Un grupo de niños discutía sobre el

LECCIÓN DE PEDAGOGÍA

Mientras habla, apenas la mira. Gira continuamente la cabeza, sin perder de vista a las criaturas a las que entrena. De vez en cuando detiene el diálogo con un gesto y se dirige a la pequeña cabeza que surge del agua. X es un gran conversador. Enhebra las palabras con la musicalidad propia de Sudamérica, salpicando su discurso de expresiones y vocablos desconocidos. Le preocupa los adolescentes con los que trata a diario y comparte sus inquietudes con ella. Su interlocutora admira su capacidad para comprender a los jóvenes, motivarles sin presión, respetar sus prioridades, porque los ve como personas en su globalidad, más allá del plano deportivo. X también es padre y como tal, pregunta a ella por sus hijas, sobre todo la mayor, que este curso tiene muy abandonado el deporte. -”El bachillerato, ya sabes, es muy duro. La niña ha elegido ciencias. Aunque le ha ido bien en el nuevo instituto, no para de estudiar y no tiene tiempo de venir al polideportivo”. -”Mi hij

La bolsa o la vida de Juana Castro

No me puedo resistir a la tentación de compartir este poema de Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945), que tan bien nos describe a las mujeres y la relación que entablamos con nuestros bolsos. Tú los ves ahí colgados, tirados, y dices, vaya cosa, son cosa de mujeres, tonterías, lo llevan para meter el pintalabios, el móvil, quizás una compresa. Y te olvidas. Pero ellas no olvidan, lo llevan como a un gato, como al fiel compañero, como su santo y seña, como su claro ex-libris. Te equivocas si crees, en tu inocencia, que esa cosa de rafia o de piel beige sirve para tener a mano el colorete, las llaves, el perfume. Yo la he visto de noche, esa cosa respira, es una megalópolis, no está quieta por dentro, es multiforme y crece. A la hora del pan huele a cerveza, y cuando está nublado te puedes encontrar con que ahí dentro hay una hija, un sol, unas tijeras de robar rosas rojas. Ahí, a tres de julio, he visto amanecer los pájaros cantando y había un abanico para un novio y una estrella d

PASEO DE FLORES TRISTES

Hacía mucho tiempo que no salía a pasear, siempre con prisas, del colegio a casa y viceversa. El sábado tenía que ir a correos y aprovechó para hacer unas comprillas por el pueblo. En correos trabaja Margarita . Como no se ven a menudo y no había más gente esperando conversaron de las niñas, de lo poco que duermen, de lo malos que son los programas de la tele, de la radio, de si prefieres a Pepa Fernández o a Montserrat Domínguez. En la papelería cercana la atendió A, siempre tan atento, que le mostraba las novedades en bolígrafos de tinta líquida. Mientras, su padre, departía con una clienta: Yo también estuve en Alemania, pero lo de ahora es distinto. Un sobrino mío y su mujer son ingenieros y se tienen que ir a Alemania porque aquí no tienen empleo. Vamos, que la Merkel, nos asfixia y después se lleva a la gente preparada, a los que se han formado con nuestro dinero. Al salir se encontró a M, antiguo alumno. Le fue a dar un beso pero él la sorprendió con un emocionado abrazo. Dale

EL PAÍS DE LAS MUJERES

Es posible que alguien, en algún momento, haya soñado cómo sería un mundo gobernado por mujeres. Pero no por mujeres que suplen a los hombres con sus mismos principios, asumiendo que es la única manera de gobernar. Quizás alguien haya diseñado un país cuyas gobernantes quieren instaurar los principios feministas y femeninos, partiendo de la sabiduría de las mujeres y su capacidad para el cuidado de los demás. Giaconda Belli tuvo ese sueño, que plasmó en este libro, irónico, divertido y tierno, donde lo personal es político y las personas son más importantes que los acontecimientos. La periodista Viviana Sansón y un grupo de amigas fundan en Faguas (imaginario país centroamericano) el PIE (partido de la Izquierda Erótica) y elabora una arriesgada campaña electoral que incluye entre otras cosas, hacer la pedicura mientras piden el voto. Su sorprendente campaña, el programa electoral que promete limpiar el país y la explosión del volcán Mitre que deja a los hombres sin