Dos años después de su estreno, por fin pude ver la película “ El maestro que prometió el mar ”. En ella se narra la búsqueda de los restos de los asesinados por el blando sublevado en 1936, en una fosa de un pueblo de Burgos, donde deberían aparecer los cuerpos del bisabuelo de la protagonista y del maestro Antonio Benaiges La película es tan emocionante que a los quince minutos arranqué a llorar y no me quedó más remedio que pararla. Solo pude verla en pequeñas dosis, a lo largo de dos días. La protagonista entabla amistad con un anciano que le muestra fotos y le habla de su maestro, Antonio Benaiges, el maestro que prometió llevarlos a ver el mar. Entre todos los momentos emotivos que aparecían en la pantalla, hubo uno muy especial, que me provocó un vuelco del corazón. En la pizarra negra, el maestro escribía con tiza blanca un texto escrito por uno de sus alumnos o alumnas. El resto de la clase corregía el escrito, señalaba alguna fal...
La Navidad me ha pillado blandita, tan blandita como para que una lágrima despistada resbale por mi mejilla con el famoso anuncio de fiambre. Cualquier sábado navideño, el metro avanza con el doble de vagones. El sabor agrio de las comidas de empresas ocupa los asientos. Las mejores galas, botas altas, blusas con brillo, abrigos con sutiles estampados visten los cuerpos de la resaca de cerveza y marisco. Regreso del cine donde he llorado y he reído con la película sobre Gila. Un titular de prensa advierte que Elon Musk tiene previsto apoyar a la ultraderecha europea. Imagino a Gila marcando el número del dueño de X: "¿Es el enemigo? Que se ponga? Cuando me preguntan por mi lista para Reyes y respondo con la consabida "salud", C me recrimina que es un deseo de personas mayores. Leo que hay 56 conflictos armados en el mundo, que implican a más de 90 países. Y los niños y niñas de Gaza ahora, además. mueren de frío. Da miedo repasar en el peri...