Con un nudo en la garganta he leído esta novela de Paul Auster. La he apurado a pequeños sorbos, sobrecogida por la capacidad de narrar sobre las emociones humanas. Llegué a olvidar que se trataba de ficción, que era la mente del escritor la que se escondía detrás de los personajes. Al principio me atrapó el protagonista, el joven Miles Heller, hijo de un editor y una actriz, que desapareció para su familia durante siete años y sobrevive con trabajos poco cualificados. Después me enganchó la forma en que el autor se sumerge en cada uno de los personajes, mostrando los recovecos de sus pensamientos, su visión de la vida y su relación con Miles. Aunque el hijo me cautivó fue el padre el que me sedujo. Es un hombre culto, con buena posición económica pero que arrastra un dolor muy hondo. Especialmente emotivo es el capítulo en el que aporta su punto de vista y se detiene a rememorar sus pérdidas: la muerte de sus padres, la desaparición voluntaria del hijo, el trágico accidente del ...