Este blog, que surgió por casualidad y sin ninguna expectativa, me ha proporcionado muchas satisfacciones, entre ellas contactar con personas a las que me unen distintos intereses. Es un blog pequeño y humilde en el que me permito escribir sobre lo que me apetece y cuando me parece conveniente.
Es por ello que me llena de satisfacción tener lectores/as y aún más que consideren que merezco un premio Leibster (Significa favorito en alemán). He recibido este galardón, destinado a blogs poco conocidos, por dos vías diferentes.
La primera es a través de Manolo López y su blog Mi clase de lengua. Curioso es que después de algunas brazadas y muchas conversaciones acuáticas, además de ser la tutora de su hijo, acordáramos que nos unían dos pasiones: la educación y la literatura.
La segunda mención la realiza Carmen Cañabate en su blog Cuentos de brujas y otras zarandanjas. Me emociona que el azar de Internet nos pusiera en contacto y podamos seguir leyéndonos y compartiendo desde entonces.
El blog que recibe este premio ha de cumplir las siguientes encomiendas:
-Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
-Premiar a tus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de doscientos seguidores.
-Dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio.
Sin lugar a dudas, yo hubiera premiado a los dos blogs antes mencionados, pero estoy obligada a galardonar a cinco diferentes. Ésta es mi selección.
-El rincón solidario del IES Gran Capitán administrado por @rafadelcastillo, para que siga agitando nuestras conciencias.
-El blog de música de mi compañera Carmen López en reconocimiento a su buen hacer en la difusión de la música.
-El blog de mi ex-alumna Lidia Soto porque transmite dulzura y emoción con sus palabras.
-El blog de otro ex-alumna, Lucía Rodríguez, que siempre está creando e investigando en la red.
-Uno de mis últimos descubrimientos en el espacio virtual de Baltasar Isla, que, cargado de añoranza, sigue el camino de la escritura para recuperar la infancia perdida.
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¡Besos!