Una ciudad como Madrid está poblada por personajes pequeños y anónimos, perdedores que intentan sobrevivir y ahuyentar la soledad. También hay otros que pueden parecernos lo contrario, como Ariel, que aterriza en un equipo de la capital como prometedora figura del fútbol. Sin embargo, no es más que un muchacho que gana demasiado dinero, se muere de añoranza de Buenos Aires y de miedo al fracaso.
Junto a él una adolescente con baja autoestima, un cuarentón parado abandonado por su mujer, un anciano que comete una última locura. Sus historias corren paralelas y se enlazan en una ciudad donde la inmigración forma parte de la vida cotidiana, donde el castellano pierde su acento y toma voces argentinas y ecuatorianas.
El mundo del fútbol de élite se nos muestra con todas sus miserias. Incluso el papel de la prensa deportiva resulta bastante sospechoso en el negocio del balón. Sus protagonistas son perfectamente reconocibles, sus vivencias tan verosímiles que parecen extraídas de un noticiario.
En ningún momento el autor pierde el sentido de la realidad haciendo constantes referencias a la actualidad nacional e internacional con humor e ironía.
Es fascinante cómo presenta los giros sudamericanos en diálogos que pierden los guiones y se hacen aún más expresivos.
Los relatos que al principio no tienen conexión terminan confluyendo. Las historias presentan un desenlace sin que tengamos la impresión de que estén completamente cerradas, como si sólo nos hubiéramos asomado a sus vidas durante un año y después ellos continuaran sin nuestra mirada curiosa.
Comentarios
con casi todos los libros...
adios sigue leyendo, pero no mucho.
clariita