Alarmada y sorprendida, atiendo a las noticias de niñas violadas por otros niños y adolescentes, que en grupos asaltan, amenazan y agreden a sus impotentes víctimas.
Alarmada me siento al comprobar, una vez más, los estragos que la violencia contra las mujeres ejerce de forma brutal, cebándose en niñas cada vez más jóvenes y convirtiendo en verdugos a niños imberbes.
Sorprendida, cuando compruebo que los políticos se escudan en la necesidad de rebajar la edad penal. Aprovechándose del dolor y la furia de las familias y la opinión pública, intentan marcar un gol en la portería del equipo contrario y ganar así un puñado de votos.
Nadie se para a reflexionar porqué unos niños disfrutan maltratando a una amiga, una vecina, una novia... Los telediarios sólo hablan de violencia de género cuando una mujer es mortalmente agredida. Entonces, ¿qué son estas violaciones? ¿Por qué no se habla de la consideración de la mujer como objeto sexual para uso y disfrute de los varones? ¿Por qué no se habla de su escasa visibilidad y valoración? ¿Por qué la prensa de todos los sectores se sigue lucrando de los anuncios de prostitución? ¿Por qué llevamos 30 años discutiendo sobre el derecho al aborto? ¿Por qué no se dice claramente que estas violaciones son el resultado de la cultura machista en la que vivimos?
En un pequeño recuadro del periódico, el señor ministro comenta que hay que educar en igualdad y en valores. ¡Qué listo! ¿Por qué se creerá que habemos gente que trabajamos en la coeducación?
Entre otras cosas, para que niños y niñas establezcan relaciones de amistad en igualdad de condiciones, para que las niñas sean libres y se pongan la falda todo lo corta que quieran, sin que haya ningún animal que las incordie por la calle, para que nadie se crea con el derecho de abusar de otra persona.
Alarmada me siento al comprobar, una vez más, los estragos que la violencia contra las mujeres ejerce de forma brutal, cebándose en niñas cada vez más jóvenes y convirtiendo en verdugos a niños imberbes.
Sorprendida, cuando compruebo que los políticos se escudan en la necesidad de rebajar la edad penal. Aprovechándose del dolor y la furia de las familias y la opinión pública, intentan marcar un gol en la portería del equipo contrario y ganar así un puñado de votos.
Nadie se para a reflexionar porqué unos niños disfrutan maltratando a una amiga, una vecina, una novia... Los telediarios sólo hablan de violencia de género cuando una mujer es mortalmente agredida. Entonces, ¿qué son estas violaciones? ¿Por qué no se habla de la consideración de la mujer como objeto sexual para uso y disfrute de los varones? ¿Por qué no se habla de su escasa visibilidad y valoración? ¿Por qué la prensa de todos los sectores se sigue lucrando de los anuncios de prostitución? ¿Por qué llevamos 30 años discutiendo sobre el derecho al aborto? ¿Por qué no se dice claramente que estas violaciones son el resultado de la cultura machista en la que vivimos?
En un pequeño recuadro del periódico, el señor ministro comenta que hay que educar en igualdad y en valores. ¡Qué listo! ¿Por qué se creerá que habemos gente que trabajamos en la coeducación?
Entre otras cosas, para que niños y niñas establezcan relaciones de amistad en igualdad de condiciones, para que las niñas sean libres y se pongan la falda todo lo corta que quieran, sin que haya ningún animal que las incordie por la calle, para que nadie se crea con el derecho de abusar de otra persona.
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